En esta ponencia presentada en el Simposio de Mercado de Capitales ,organizado por la Asociación Bancaria de Colombia y celebrado en Cali del 2 al 4de julio de 1980, el autor recalca que la inflación tiene tres efectos desfavorables sobre cualquier sistema de seguridad social. En primer lugar, ella atenúa el efecto redistributivo de la seguridad social; en segundo término, ella engendra desequilibrios en los mecanismos financieros de los respectivos organismos. Además, la inflación tiende a hacer más acentuada la llamada Brecha de Seguridad Social, es decir, a disminuir sustancialmente la intensidad de protección en los casos de vejez o jubilación, invalidez, orfandad y muerte.

Sin embargo, su principal contribución radica en 'un primer intento, todavía rudimentario, para cuantificar los efectos desfavorables de una política gubernamental de tasas de interés no realistas o, lo que es lo mismo, de 'crédito barato'. Partiendo de una supuesta tasa de equilibrio y tomando en cuenta las tasas de rentabilidad efectiva reconocidas en algunas formas de ahorro institucional, se cuantifican los por Pieschacón denominados 'efectos expropiatorios' y 'efectos de subsidio' que se derivan de tasas de interés irreales...

El seguro social obligatorio tiene casi 100 años de existencia, habiendo sido el Canciller del Reich alemán Otto von Bismarck, quien promulgó la primera ley sobre el particular, iniciando así el camino a los diferentes sístemas de seguridad social en todo el mundo.

Cabalmente, uno de los artífices de la legislación alemana, el gran socialista y economista Adolf Wagner, comparaba la seguridad social con la cabeza del Rey Jano de la antigua mitología romana. En efecto, el Rey Jano posee una sola cabeza pero dos rostros y Wagner afirmaba que una de las caras, en cualquier sistema de seguridad social, debe mirar siempre hacia el factor trabajo, mientras que la otra debe hacerlo siempre hacia el factor capital.